El mantenimiento de una instalación eléctrica es importante para poder detectar fallos que puedan ser corregidos para evitar daños en los posibles siniestros que puedan ocasionar riesgos o pérdidas para las instalaciones y personas. Con un buen mantenimiento reducimos los riesgos y aumentamos la vida útil de la instalación y contribuimos a un mejor aprovechamiento y óptimo funcionamiento.